Redacción Invelat
El 3 de junio, Gustavo Petro celebraba la creación de 186.000 puestos de trabajo en el sector de la agricultura para el mes de abril de 2023, como un éxito de su política agraria del fortalecimiento del campesinado; sin embargo, durante el mes siguiente, en mayo, la agricultura presentó una reducción de 93.000 puestos de trabajo, a pesar del incremento sustancial del presupuesto para el agro.
Como ya es bien conocido, el presupuesto de agricultura pasó de $2,5 billones COP en 2022, a 4,1 billones COP en 2023, un incremento del 64%; esto, con la intención de focalizar el esfuerzo sobre un sector que el Gobierno Petro considera clave para la economía colombiana. A pesar de lo anterior, se han comenzado a perder puestos de trabajo en la agricultura. De acuerdo con el DANE, en abril se perdieron 93.000 puestos de trabajo.
A diferencia de las cifras positivas de abril, las cifras negativas de mayo no serán difundidas por el Gobierno Petro, ya que con ellas se podría cuestionar su gestión sobre un sector que tenía la intención de proteger. Estamos viendo cómo un incremento del 64% del presupuesto de agricultura no se tradujo en una mejora sostenida del nivel de empleo del agro, sino en un detrimento.
La gestión de los recursos ha de ser tan mediocre, que ni con presupuesto adicional logra sostener lo entregado por la anterior administración. Aunque tampoco debería sorprendernos que esto suceda, pues las políticas de Petro no están enfocadas en la creación de empleo, sino en el revanchismo que le permite simplificar las problemáticas del país a un enemigo común.