Al ser la inseguridad un problema común e histórico para los colombianos, la pregunta acerca de su evolución en el tiempo es pertinente. En esta línea, el Gobierno Petro se propuso darles más tranquilidad a los ciudadanos, mediante una serie de políticas encaminadas a reducir la incidencia de ciertos flagelos de la seguridad; estos pueden ser, en términos macro, los siguientes: hurto, secuestro, extorsión, homicidio, terrorismo y la trata de personas.
Analizando el último informe del Ministerio de Defensa, Seguimiento a Indicadores de Seguridad y Resultados Operaciones (junio de 2023), se puede evidenciar el comportamiento de los anteriores indicadores y lograr responder a la pregunta del título de esta columna.
Seis de los anteriores nueve indicadores delictivos seleccionados crecieron entre enero y junio de 2023; así, el secuestro (+109%), la trata de personas (+57%), la extorsión (34%), el hurto a personas (+22%), el hurto a residencias (+13%) y hurto de vehículos (+4%) han crecido durante el Gobierno Petro. Por el contrario, el terrorismo (+74%), el hurto a comercios (-11%) y los homicidios (-3%) se redujeron.
Si la mayoría de los indicadores nos dice que la inseguridad es cada vez mayor, no sería preciso tomar a los tres indicadores de mejor comportamiento, a saber, el terrorismo, el hurto a comercios y los homicidios, para afirmar que la nueva administración ha hecho un trabajo destacable en materia de seguridad ciudadana, cuando ha sucedido lo contrario.
La política de seguridad del Gobierno Petro debe ser revisada, con el fin de articular mejores herramientas que permitan tratar los distintos flagelos de la seguridad nacional y de la manera más rápida y efectiva posible. Estas cifras no son síntoma de una buena política de seguridad, sino que, contrario a eso, muestran a un Gobierno incapaz de cumplir con lo prometido.