Redacción Invelat
En un apartado bochornoso del debate presidencial, organizado por El Tiempo y Semana, el candidato del Pacto Histórico Gustavo Petro, defendió su idea de imponer más impuestos a los alimentos a través de aranceles, cuya finalidad sería «proteger» la producción agrícola nacional.
«A mi no me da vergüenza decir que quiero proteger, subiendo los aranceles de importación, la producción de alimentos en Colombia», explicó el candidato de la extrema izquierda.
Propuesta que, sin duda, y como se lo recalcó Alejandro Gaviria, redundaría en mayores precios de los alimentos en el país, castigando sobre todo a los ciudadanos más pobres.
Sin embargo, y de forma sorprendente, a continuación acusó a los importadores de alimentos:
«Los alimentos del pueblo colombiano no pueden depender de un importador mafioso o de la tasa de cambio», agregó.
Es decir, de acuerdo a Petro, quienes se dedican a importar alimentos al país conforman mafias, organizaciones criminales, señalamiento que no fue sustentado con ninguna evidencia.
Los importadores, de acuerdo a esta idea de Petro, serían delincuentes por el hecho de traer productos agrícolas al país.
La declaración se produce en el contexto de una campaña del Pacto Histórico que ha insistido en criminalizar la actividad empresarial a través de diferentes acusaciones.
Es clave recordar que en el programa de gobierno que Petro presentó durante la anterior campaña presidencial, en 2018, se aseguraba que «La única riqueza válida es aquella que nace del trabajo», sugiriendo que otros tipos de riqueza derivadas de la inversión o de la actividad empresarial serían «inválidas». De ahí que sean normales este tipo de apreciaciones de su parte.
La declaración no solo supone una ofensa hacia los comerciantes que importan alimentos, sino también hacia todos aquellos que los venden o revenden en Colombia, pues serían socios o cómplices de una actividad delictiva de acuerdo al candidato.