Redacción Invelat
Una multitud de personas se conglomeró frente a las puertas del Banco Agrario, sede Centro de Santiago de Cali, para reclamar la renta ciudadana que el Gobierno Petro, a través de Prosperidad Social, dirigida por Cielo Rusinque, entrega a las familias más pobres.
Al ser el Banco Agrario la única entidad financiera responsable de los pagos del programa de renta ciudadana, está comenzando a tener problemas logísticos al momento de realizarlos.
Varios ciudadanos reportaron a través de las redes sociales, la situación de aglomeración que se presentó en la céntrica sede del Banco estatal, quejándose por la lentitud del servicio y las largas esperas bajo el sol que tuvieron que soportar.
Impulsado por razones meramente ideológicas y con total desprecio a los aportes técnicos, el Gobierno Petro le ha entregado al Banco Agrario el monopolio de la gestión de las transacciones del programa de renta ciudadana. Esto, como no podría ser de otra manera, ha tenido sus consecuencias y esta vez las hemos logrado ver en la ciudad de Santiago de Cali.
Una situación similar se presentó este martes en Cartagena, donde también se presentaron largas filas en una de las sedes del Banco Agrario:
Los expertos lo advirtieron
Varios expertos y periodistas advirtieron el retroceso que suponía entregarle el monopolio de los giros de las ayudas monetarias al Banco Agrario. Falta de capacidad y experiencia, así como la existencia de entidades con una infraestructura tecnológica superior, algunas de las razones que mencionaban.
Esto ya lo había advertido un experto con conocimiento en el área, Francisco Mejía, expresidente del Banco Agrario, argumentando que el servicio se haría más costoso y de peor calidad.
Los recursos ─como el tiempo y el dinero─ que se pierden por someterse a un dogma ideológico, pesan sobre los colombianos y las cuentas públicas; empero, esto no parece ser un problema para la actual administración, que ha planificado un festín de gasto público que corre el riesgo violar la regla fiscal y el saneamiento de las finanzas públicas en los próximos años.
Todavía es posible reconsiderar la estrategia y poder construir sobre lo hecho, aunque improbable sea que el Gobierno Petro se decante por una opción conciliadora. El desprecio por lo técnico se ha evidenciado en casi cada uno de los ministerios, como si las herramientas que nos ha entregado el conocimiento no fueran más que garrotes con los cuales nos azotamos a nosotros mismos.