Redacción Invelat
A pesar de que se trata de un crecimiento histórico, 17,6%, hay razones para no celebrar las cifras de crecimiento económico del segundo trimestre del año que reveló el DANE. El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, explicó por qué estamos ante un dato «agridulce».
Por un lado, si bien se trata de una variación positiva histórica en términos de crecimiento del PIB, lo cierto es que se produce por cuenta de una «base estadística», la del segundo trimestre del año anterior, también históricamente baja. No hay que olvidar que de abril a junio del año pasado se produjeron en Colombia las cuarentenas más estrictas y, por tanto, un descenso porcentual, también de dos dígitos, en el producto.
«Esto es una noticia agridulce. Es una noticia positiva, porque muestra que hay señales genuinas de reactivación económica», afirmó Mejía en una entrevista concedida a la RCTV, «También hay que decirlo, es un efecto estadístico, frente a una base de comparacion muy baja. Se calcula frente al segundo trimestre del año anterior, que fue el peor de nuestra historia, que tuvo una caída del 15,7%. Esta baja base estadística ayuda a que el crecimiento luzca relativamente alto», explica.
Es decir, que más que un crecimiento extraordinario, lo que experimentó la economía en este segundo trimestre, que estuvo marcado por la parálisis de la actividad en varias zonas importantes del país por cuenta del Paro Nacional, fue una «normalización relativa».
«Es agridulce el dato porque cuando usted mira la comparación de este segundo trimestre con respecto al primer trimestre, de enero a marzo, pues resulta que hubo una contracción de la actividad económica del 2,4%», señala el director del Think Tank.
De manera que, aunque hubo un repunte con relación al dato del segundo trimestre de 2020, con respecto al primer trimestre de 2021 se presentó una contracción. Según Mejía, las restricciones a la movilidad y los Paros habrían ocasionado esta caída en el producto.
«Naturalmente esto tiene que ver con las restricciones a la movilidad por cuenta del tercer pico de contagio. Y por supuesto los bloqueos que se vieron en abril y mayo», agregó el analista.
Finalmente, Mejía vincula estos datos con la «paquidermia» que ha reflejado el mercado laboral en los últimos reportes del Dane.
«Usted cuando mira las cifras de desempleo, en el segundo trimestre de este año tuvimos una tasa de desempleo del 15,1% y habíamos tenido en el primer trimestre una tasa promedio de 14,5%. Es decir, un aumento en la tasa de desempleo, que está explicado por los efectos del tercer pico de contagio y los bloqueos que ocurrieron durante el segundo trimestre de este año», señaló.
De manera que tanto al crecimiento como al empleo lo habrían lastrado a lo largo de este segundo trimestre las actividades de protesta y bloqueo que lideraron varios sectores políticos y sindicales.